>>73054 Shofu: Pala mí todos sel niños. Pelo cómo tú sel tan educado yo tlatalte como adulto, cole pol cuenta de la casa. Y tú tenel buen nomble, Shi.
Las articulaciones del gato se mueven de la misma manera rígida que las del de afuera solamente cuando sube y baja la pata, es algo que se te queda grabado aun después de que sueltas su pata y este deja de hacer ese movimiento robótico y hablar como estereotipo.
Shofu: No importa cuanto tengas, siempre se puede tener más, aunque seas el que más tiene en toda la ciudad. No te conformes con suficiente, que aspirar a tener más poder del que necesitas sea tu motivación.
Con tu barbilla casi tocando la barra, puedes ver cómo el dueño del negocio se agacha para guardar la vieja moneda negra del otro lado mientras continúa charlando.
Leila: ¿Hmm?
Sube una ceja ante tus intentos de calmarla, e inmediatamente regresa a su humor habitual, con tal rápidez que hace que la sed de sangre que demostraba hace nada parezca una ilusión.
Shofu: O-jo-jo. No hace falta que hagas eso. Leila sabe que no es buena idea empezar algo en un territorio ajeno.
Más de un par de las chicas dormidas que al parecer habían despertado cuando estabas distraído vuelven sus cabezas a sus mesas.