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Alguien abre la puerta...

—Oh... Hola, Chester, tiempo que tenía sin verte, digo, sin nadie más aquí.

Entra en la oficina sin nada más que hacer.

—¿Se siente muy calmado sin nadie más aquí, no?

Pone una taza de café en la mesa para matar el tiempo.

—Algunas veces esto hace falta para relajarse, mirar la ventana y no pensar en nada más...

No se sienta, porque sabe que ya tiene que irse también.

—Cierra la puerta cuando termines, y no te quedes hasta muy tarde, yo ya me retiro... Fue bueno hablar contigo, sin tener al resto aquí. Nos vemos.