... Quería quedarse para seguir eliminando al dragón hasta que no quede parte de él, tiene los items y el poder de fuego suficiente para volverlo cenizas teniendo en cuenta lo poco que tomó volarle parte de la cabeza ahora, comparado a demonios anteriores a los que ya se ha enfrentado, pero es una puta perdida de tiempo si la puerta ya está abierta. Los músculos se ajustan alrededor de sus huesos rotos mientras corre acostumbrado al dolor, de hecho, podría decir que la batalla fue decepcionantemente ligera y suave comparada a carnicerias anteriores. Jamil se ofrece para ayudarlo, si fuera cualquier otra persona la hubiera alejado de un manotazo, pero tratándose de ella solo gruñe todo tsundere amargado al rodear su brazo alrededor de ella.
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Ahí estaba portando un semblante ceñudo y enojado.
-¿Que mierda están mirando? --Interroga a ambos mocosos que lo estaban viendo por alguna razón desconocida.
Se rasca sus quemaduras mientras empieza a regenerar sus huesos rotos. Jamil de fondo empieza a gritar mientras él intenta recuperarse de un dolor de cabeza, como siempre su cuerpo se sentía aturdido después de una batalla, principalmente por las heridas sangrantes los huesos fracturados y la propia regeneración de todas estas... Se sobresalta de forma breve al escuchar la voz de una desconocida detrás de ellos. Se gira lentamente de regreso hacia las enormes montañas de oro para encontrarse a una chica, cabello negro y ropa de colegiala, era llamativa, por las razones equivocadas.
-Tu eres... --Su cara con los ojos abiertos como platos describía bien como se sentía ahora.